El racismo en España puede rastrearse, como para cualquier otra zona del mundo, desde cualquier época histórica, pues enfrentamientos de causa económica, social o política se han justificado muy eficazmente con el disfraz de la diferencia racial, encontrándose tanto ejemplos de racismo entendido como ideología como racismo en actitudes y comportamientos.
La imposible definición de la inexistente raza española (véase Etnografía de España) no lo ha impedido, si bien es cierto que lo que con más frecuencia se ha dado son los fenómenos ligados al racismo, como la xenofobia y el odio religioso.
Los unitarios que sueñan con la unidad impuesta de la fuerza hablan de raza española. Es no saber lo que se dice, tantas son las razas que han buscado el calor del sol de España.
Es completamente irracional lo que está sucediendo con cierta recurrencia en España. Muchos casos similares de xenofobia se presentan con personas de otras nacionalidades que van a ese país a trabajar en busca de una vida mejor, y al llegar reciben a diario el maltrato físico y moral de individuos con tendencias racistas. Muchos callan por temor a represalias, y pocos son los que son atendidos por las escasas organizaciones que luchan contra este mal.
Como resultado de las guerras mundiales, muchos españoles emigraron hacia América, echaron sus raíces y ahora han prosperado en paz en nuestras tierras. Colonias españolas en suelo latinoamericano crecen y dan sus frutos en medio de una sociedad que les respeta y les trata como iguales… olvidando los horrores cometidos por sus antecesores durante la época colonial.
Entonces, ¿es justo esto que está sucediendo?
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